Boric reactiva debate sobre embalses: ¿Oportunidad real para Aconcagua?

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Boric reactiva debate sobre embalses: ¿Oportunidad real para Aconcagua?

Imagen referencial

Luego del último sistema frontal que afectó a la zona centro y centro-sur del país, el presidente de la República, Gabriel Boric, se convirtió nuevamente en tema de debate al mostrarse a favor de la necesidad de «mejorar en infraestructura de embalses, canales, riego y puentes», algo totalmente diferente a lo que ocurrió durante la campaña presidencial más reciente, donde el entonces diputado decía que «ya no sirve de nada invertir en embalses cuando no hay agua para llenarlos». Y si bien este cambio de opinión es criticado por algunos y saludado por otros, en Aconcagua este tipo de «volteretas discursivas» no es novedad. Dos exalcaldes, uno hoy alejado de la política y otro hoy electo en otro cargo, hace poco más de una década también se manifestaban en contra de la posibilidad de una obra de este tipo en la zona. Incluso más, recordada es la acción de fuerza cometida por un exparlamentario de la zona que, faltándole sólo la cotona blanca de médico, se congregó fuera del circunstancial edificio de la ex gobernación de Los Andes, exigiendo que no se edificara un embalse en la cuenca del río Aconcagua, para entonces, el ya extinto «Puntilla del Viento», el que tras la falta de decisión política durante varias décadas y tras estudios técnicos, terminó desechándose.

Tras haberse oído por más de 100 años la necesidad de un embalse para la zona interior de la región, lo más cercano a la cordillera y ajustado a las necesidades de la población y sus múltiples actividades, se han ido levantando y bajando opciones. Luego de la caída de la posibilidad en «Puntilla del Viento», surgieron las posibilidades de algunos embalses pequeños y adyacentes al Aconcagua, y que por ende requerirían de obras para llevar el elemento vital desde el cauce a sectores de Calle Larga y San Esteban (usted ya podrá imaginar quiénes eran los alcaldes de la época que se oponían a estas obras).

Hace poco menos de 5 años surgió una nueva opción: «Juncal Bajo». Esta idea consigue su nombre dada su teórica ubicación, en la zona de Juncal, pero bajo el parque que existe en ese lugar. De tal manera, de afectar lo menos posible esa reserva natural de amplios beneficios ecológicos y turísticos para el valle.

Si bien, como es costumbre en los grandes proyectos, poco y nada concreto se sabe de esta alternativa, más aún tomando en cuenta que el gobierno de Sebastían Piñera «2», argumentaba que esta nueva idea se estaba estudiando seriamente, mientras a los meses nos enterábamos por autoridades regionales que esos análisis no se habían realizado. Hoy parlamentarios oficialistas de la zona aseguran que habrá novedades muy pronto sobre esta añorada y urgente obra.

Así mismo, es bueno colocar en el tapete la actual situación climática, que nos pondrá, según los expertos, cada día más en momentos de muchas precipitaciones de agua y nieve en poco tiempo, y lo que es más preocupante, con una isoterma ascendente que nos hará ver lluvias donde siempre hubo nevadas.

Todo lo anterior nos lleva a varias interrogantes ¿Es acaso la apertura del presidente a los embalses la gran oportunidad para Aconcagua? ¿Pueden otras obras menores a un embalse dar un respiro a un valle que se seca paulatinamente? ¿Con qué tipo de obras hídricas nos resultará más conveniente enfrentar futuros sistemas frontales como los dos más recientes? ¿Es, a estas alturas, el embalse la solución? ¿Hay real convicción política de todos los sectores, ante la necesidad de sacar adelante un proyecto de este tipo? ¿Será necesario que Aconcagua salga a la calle para pedir atención a un Estado que se ha mostrado sordo y ciego con la zona en grandes proyectos?